«La Acogida Tradicional Jacobea, patrimonio inmaterial», por Román Felones

*El siguiente texto ha sido publicado en la versión en papel de Diario de Navarra. Fotografía de recurso de Joaquín León.

La semana pasada, el Consejo de Patrimonio Histórico instó al Ministerio de Cultura y Deporte a declarar la Acogida Tradicional Jacobea “manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial”. La nota del ministerio decía lo siguiente: “La acogida tradicional jacobea es uno de los valores esenciales del fenómeno jacobeo y responsable de su extraordinaria pervivencia desde inicio del siglo IX hasta hoy. Constituye la máxima expresión de la hospitalidad (…) y representa la más definida y esencial expresión del componente inmaterial de la peregrinación a Santiago de Compostela como elemento patrimonial”.

La petición la había formulado el año anterior la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago, justificada en un documentadísimo informe de 207 páginas que abordaba todo lo concerniente a la acogida tradicional: identificación, descripción y salvaguarda. Un ejemplo de buen hacer en el inquieto y plural movimiento jacobeo actual. Pero, ¿qué se entiende exactamente por acogida tradicional jacobea? Podríamos definirlo como aquel sistema de hospitalidad y albergue del peregrino a Santiago, caracterizado por la austeridad y la preservación del carácter espiritual y trascendente de la peregrinación, en el que los servicios se ofrecen de forma desinteresada y sin ánimo de lucro, mediante el trabajo voluntario de los hospitaleros, por regla general también peregrinos, y la creación de un ambiente acogedor. Y ello ya sea por la inexistencia de una contraprestación económica establecida -albergues gratuitos o de donativo-, o por solicitarse una contraprestación mínima, como mera compensación de gastos, cuyo fin es garantizar la pervivencia del albergue para que otros peregrinos puedan seguir disfrutando de él en las mismas o mejores condiciones.

En nuestros días, el espíritu altruista y solidario de las seculares cofradías de Santiago se mantiene en las Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago (AACS) repartidas por todo el mundo, en sus voluntarios, y en los hospitaleros y organizaciones que los gestionan, como Acogida Cristiana en el Camino (ACC), Hospitaleros Voluntarios de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago (HosVol) y la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago (FICS), entre otros.

Los hospitaleros voluntarios son, en su mayoría -sin que sea imprescindible-, peregrinos que prestan su ayuda a otros peregrinos de modo altruista en los albergues, de forma temporal y no remunerada, como manera de “devolver al Camino parte de lo que el Camino les ha dado”. Su sonrisa y mano tendida al llegar al albergue certifican al peregrino que ha llegado a “su” casa.

El Camino de Santiago ha visto multiplicarse el número de albergues en los últimos años. Los hay de todo tipo: desde acogida hospitalaria desinteresada hasta albergues privados, pensiones, apartamentos y hoteles. En Navarra, de los 135 establecimientos disponibles en 2023, solo 14 responden al régimen de acogida tradicional que es, de acuerdo a una encuesta específica realizada al efecto, el preferido con creces por los peregrinos. El Gobierno de Navarra, en otro tiempo líder y pionero en materia jacobea, es en la actualidad, liderado por Turismo, muy poco sensible a sus demandas y necesidades. Desconoce lo esencial de la peregrinación, la normativa existente es obsoleta y prima claramente los intereses turísticos sobre los culturales. Pese a los reconocimientos obtenidos -medalla de oro de Navarra incluida-, las asociaciones jacobeas, sostén de la acogida tradicional y quintaesencia del espíritu del Camino, ni son escuchadas ni son percibidas como depositarias de una tradición milenaria. Confiemos en que la declaración de la acogida tradicional como manifestación del patrimonio cultural inmaterial, defendida con cariño por el departamento de Cultura del propio gobierno foral, marque un cambio de tendencia. En el Camino todos los establecimientos tienen cabida, faltaría más, pero parece de sentido común cuidar y apoyar la labor de aquellos que, servidos por hospitaleros voluntarios, dedican parte de
su tiempo a ayudar gratuitamente a los que caminan hacia Santiago en una búsqueda interior que hunde sus raíces en lo mejor de nuestra cultura y nuestra historia. Las asociaciones navarras lo tienen claro. La acogida tradicional, servida porhospitaleros voluntarios, seguirá siendo un eje fundamental de su actuación. Esta declaración institucional ratifica lo obvio: constituye la máxima expresión de la hospitalidad jacobea y, como tal, debe ser entendida y respetada.

Román Felones, vicepresidente de Los Amigos del Camino de Santiago de Estella

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